Redacción. El huerto escolar del Colegio Público Asunción Pañart de Aínsa ya es, tras años de diversos intentos, una realidad. A finales del mes de octubre se ofertaba la actividad extraescolar entre el alumnado de quinto y sexto de primaria, logrando aglutinar en sus primeros días a más de una veintena de estudiantes que trabajan con entusiasmo en una iniciativa llamada a ser mucho más que un huerto.
Si bien en estos momentos se ha optado por contar con los alumnos mayores para la construcción de bancales, la elaboración de cuerdas y la preparación de la tierra de cultivo, el objetivo es ir abriendo la actividad a los compañeros de cursos inferiores y al alumnado del instituto, así como a profesores de las diferentes materias, familiares y miembros de la comunidad educativa que deseen participar. Emilia Puyuelo y Juan García, pertenecientes a la Asociación local Arto-Un Paso Atrás, son los orientadores del taller, que enfocan de una manera abierta y creativa este nuevo aula al aire libre.
Entre los objetivos que se han marcado está la construcción de una zona cubierta con materiales reciclados donde dar teoría, realizar talleres de cestería o fabricar instrumentos musicales. Además, adjunto a ese espacio habrá un banco de semillas de variedades locales, del que los participantes serán sus más fieles guardianes. De esta manera «conocerán el fundamento de la alimentación, sabrán la procedencia de lo que comen, lo sentirán suyo y lo cuidarán», explica Juan García, ilusionado por poder volcar su dilatada experiencia en un proyecto como éste.
Actualmente la extraescolar se está desarrollando en horario de comedor tres días a la semana, pero la idea es ampliar su protagonismo y las diferentes facetas que allí se pueden promover. Desde aprender a hacer nudos o cultivar centeno para elaborar pan, hasta talleres de cocina en colaboración con el comedor ecológico del colegio, dirigido por el cocinero José Luis Cabrero desde hace casi una década.
La dieta basada en productos ecológicos y de kilómetro cero se ha convertido ya en seña de identidad del Colegio Asunción Pañart de Aínsa. Solo faltaba el huerto, una iniciativa con la que se pretendía completar el ciclo de aprendizaje sobre la alimentación y en la que llevaban trabajando mucho tiempo atrás. En marzo de 2020, con todo listo y a punto de ver la luz, el espacio tuvo que verse nuevamente postergado a causa de la pandemia.
Esther Garijo, directora del centro, comenta que el esperado arranque del huerto ecológico está siendo un éxito, y que «incluso profesores y alumnos del instituto están invitados a unirse, cuanto más global sea más sostenible será también». No es de extrañar que tanto el comedor como el huerto hayan encontrado cabida en este colegio. La filosofía del centro pasa por reciclar, reutilizar y reducir al máximo los residuos que se generan, y hasta disponen de sus propias composteras para darle salida a los desechos orgánicos que acumulan cada día. Ahora, buena parte del compost servirá de abono para el incipiente huerto.
Las nuevas generaciones de Aínsa vienen, pues, con la lección integrada. Además, se divierten mientras asimilan conceptos vinculados al respeto del entorno. Se espera que asignaturas relacionadas con el arte y las ciencias se beneficien especialmente de un área polivalente llamada a crecer y servir de ejemplo para otros colegios.
Carlota Dorado, concejala de educación, felicita a todas las partes implicadas en el ansiado inicio, «muestra del compromiso común que tenemos por transmitir los valores de sostenibilidad y protección del medio ambiente a nuestros jóvenes, así como la necesidad de aprender a trabajar la tierra y alimentarse correctamente. Todo contribuye a mantener a punto nuestra salud y la del planeta y creemos que apoyar actividades como ésta son un imperativo en la sociedad actual».