Redacción. La Junta General Ordinaria de la Comunidad de Regantes del Sifón de Cardiel ha informado sobre los pasos definitivos para emprender la ejecución de las obras de transformación de este regadío. Se trata de uno de los proyectos más importantes de creación de regadío del nuevo plan, con una inversión de 50 millones de euros, de los que el Gobierno de Aragón ha financiado la mitad.
El consejero de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente, Joaquín Olona, ha asistido a la Junta General y ha resaltado “el compromiso y el esfuerzo de la comunidad de regantes por tomar la iniciativa y su apuesta por el nuevo modelo de financiación que ha permitido el desbloqueo del proyecto más ambicioso en cuanto a extensión e inversión se refiere”.
La comunidad de regantes del Sifón de Cardiel agrupa a unos trescientos propietarios de unas 5.330 hectáreas en Fraga (4.480 has.) y en Ballobar (853 has.), tratándose de una zona regable en la que el Gobierno de Aragón finalizó, hace años las concentraciones parcelarias y habiéndose efectuado ya inversiones muy importantes en obras de caminos, drenajes y de regulación interna por parte tanto de la Administración Autonómica como de la Estatal.
“Este proyecto demuestra que los agricultores apuestan por regar, por invertir, por crear empleo y en definitiva por crear riqueza”, ha manifestado el consejero.
La actuación va a suponer un revulsivo importantísimo para la Comarca del Bajo Cinca, que cuenta con un sector frutícola muy potente, además de una importante industria agroalimentaria. Lo que va a permitir la generación de un importante número de empleos tanto en la fase constructiva como, sobre todo, en la etapa ya de explotación, dada la especial cultura de producción de frutales en los municipios de Fraga y de Ballobar, con una clara vocación exportadora. Todo ello apoyado en una industria agroalimentaria ya existente que podrá ganar en masa crítica y capacidad de competir en los mercados nacionales e internacionales, y reforzar también todo el entramado de empresas de prestación de servicios vinculados al conglomerado agroindustrial, lo que asegura una importante generación de puestos de trabajo indirectos, asegurando el mantenimiento de la población a futuro en una zona rural cuya economía depende, básicamente, del sector agrario.
Un proyecto de sostenibilidad económica y ambiental
Se trata, además, de un proyecto de elevada sostenibidlidad tanto económica como ambiental, ya que es un regadío presurizado altamente eficiente en el uso del agua a través de sistemas de goteo o aspersión. La presión se obtiene de forma natural sin necesidad de bombeos.
El proyecto cuenta también con medidas específicas en el ámbito ambiental que se añaden al importante marco de protección ya aplicado a la zona de Monegros con la creación por el Gobierno de Aragón de cinco zonas de especial protección de aves (ZEPA) que ocupan una superficie de 114.000 hectáreas. Como consecuencia, en las concentraciones parcelarias se reordenó la propiedad de forma que los regantes tuvieran una parte de sus explotaciones en regadío y otra en la zona de ZEPA, repartiendo de este modo también entre todos, las actuaciones ambientales implementadas en la zona. Cabe recordar que la definición de las ZEPA supuso la reducción de 65.000 hectáreas a las 40.000 hectáreas actuales la zona de Monegros II.
Junto el consejero han estado el director general de Desarrollo Rural, Jesús Nogués; la delegada territorial del Gobierno de Aragón, Carmen Luesma; la alcaldesa de Ballobar, Esther Salo; Ignacio Gramunt en representación de la alcaldesa de Fraga, Carmen Costa, y el presidente de la Comunidad de Regantes del Sifón de Cardiel, José Soler; entre otros.
134 millones de euros de fondos públicos movilizan más de 404 millones de fondos privados
La clave del éxito del nuevo plan ha sido que las comunidades de regantes han tomado la iniciativa de financiación y ejecución de las obras, acompañadas por la Administración a través de convocatorias de subvenciones y el apoyo administrativo necesario. Lo que está permitiendo obtener un efecto multiplicador de los fondos públicos, ya que en el momento inicial los regantes aportan de forma general el 100 % de la financiación y, posteriormente, conforme van amortizando los préstamos contraídos, el Gobierno de Aragón va pagando la subvención de un 50% concedida sobre la inversión en los 25 años de vida de los préstamos.
El regadío es una herramienta clave para la fijación de la población en el territorio aragonés, dada la aridez del valle medio del Ebro. Así, las comarcas que cuentan con regadío son las que concentran una densidad de población significativamente superior al resto de comarcas. La creación de un regadío incrementa la producción agrícola y la hace más estable, a la vez que favorece la implantación progresiva de la agroindustria, así como todas las empresas de servicios que dan soporte a la actividad agroalimentaria. En torno al regadío se conforman las zonas rurales más dinámicas y más pobladas de Aragón, tales como las Cinco Villas, las riberas de los ríos Jalón, Ebro y Cinca, las comarcas del Somontano de Barbastro, Cinca Medio, La Litera, Bajo Cinca y Bajo Aragón-Caspe, así como aquellos municipios de Monegros y Hoya de Huesca que también han tenido acceso al regadío.