Redacción. La Diputación Provincial de Huesca continúa con los trabajos de restauración y rehabilitación de la Cartuja de las Fuentes comenzando con dos proyectos que van a mejorar, por un lado, los servicios que se prestan a los visitantes y, por otro, uno de los principales atractivos del conjunto monacal: las pinturas murales de Bayeu.
La rehabilitación de las antiguas porterías, que tiene un plazo de ejecución de 5 meses, tiene por objeto habilitar el edificio como centro de acogida de visitantes, así como la creación en la primera planta de dos apartamentos para el personal que realice tareas de investigación o restauración vinculadas con el monumento.
Estos trabajos, en los que se van a invertir algo más de 336.358 euros, conservarán la fachada existente y contemplan construir en el ala izquierda del edificio un espacio para descanso de los visitantes, así como para realizar actividades grupales informativas. El ala derecha se destinará a aseos e información turística. En el año 2019 ya se invirtieron 72.600 euros en la sustitución de la cubierta de este edificio.
Por otra parte, hace poco más de diez días comenzó la restauración propiamente dicha de las pinturas murales de la bóveda y paramentos de la nave de la iglesia, realizadas por Fray Manuel Bayeu. El presupuesto de estos trabajos asciende a 585.224 euros y el plazo para la ejecución de los mismos es de 42 semanas.
A mediados de noviembre se inició la limpieza de la zona objeto de actuación, donde se encuentran los más de 2.000 metros cuadrados de pinturas murales que fray Manuel Bayeu dejó como legado en el conjunto monacal, un trabajo que se extendió durante más de 30 años. Se trata de una de las mayores manifestaciones de la pintura barroca aragonesa por su extensión, coherencia y significado, además de constituir la obra fundamental del que fuera cuñado de Goya.
La zona a restaurar comprende la totalidad del programa pictórico y decorativo de la bóveda de la nave de la iglesia así de sus muros. En estos se narra la pasión de Cristo en nueve escenas pintadas al óleo por Bayeu y enmarcadas con molduras del escultor Pedro Salas. El propio Bayeu decoró la bóveda con cuatro pasajes de la vida de la Virgen María: la Visitación, la Anunciación, los Desposorios y la Presentación de la Virgen niña.