Redacción. Ocho usuarios del Centro Ocupacional de Valentia ubicado en Boltaña han mostrado el viernes en Aínsa sus múltiples facetas artísticas, aficiones, habilidades y también las dificultades que se encuentran en su día a día para sentirse plenamente integrados en la sociedad. Lo han hecho a través de una representación de teatro social inclusivo donde la poesía, la canción, el baile o la recreación de escenas de la vida cotidiana han invitado a la reflexión sobre las muchas capacidades que se esconden bajo la etiqueta de «discapacitado».
«Entre otras Diezcapacidades«, como así se llama la actuación que han presentado con una trama que ensalza los valores de la amistad y la cooperación, tira por tierra prejuicios y demuestra que todos tenemos una o varias características que nos incapacitan en algunos aspectos. Bloqueos emocionales, la presión de la perfección o no saber decir «que no» son algunos de esos aspectos que se sometieron a juicio y que determinaron que, efectivamente, cada individuo tiene su propio talón de Aquiles.
La propuesta se enmarca dentro de la celebración del Día Internacional de las Personas con Discapacidad. Naciones Unidas plantea este año el reto de trabajar para lograr el liderazgo y la participación de las personas con diversidad funcional en la construcción de un mundo abierto, accesible y sostenible. Desde esta premisa, en el Centro Ocupacional sobrarbense han comenzado el curso integrando una nueva actividad, el teatro social inclusivo, que la facilitadora Charlotte Bouguet, vecina de Banastón, desarrolla con ellos desde el pasado mes de septiembre.
Bouguet confiesa que los comienzos del taller no fueron fáciles, «pues yo llevaba mi programa preparado, mis actividades, mis propios prejuicios, y tuve que desaprender y emprender un nuevo camino con ellos. Ha sido muy bonito, un trayecto de transformación que sirve además para dar voz a personas invisibilizadas». La fructífera relación de confianza establecida dio pie a trabajar el tema de la discapacidad con su grupo habitual de teatro, cuyos participantes acompañaron a los usuarios de Valentia en la actuación.
Se unieron también los músicos locales Ignacio Pardinilla y Antonio Campodarve aportando el sonido de sus guitarras, así como el propio público coreando «Un millón de amigos» y «Color Esperanza».
Alba Pueyo, del equipo de coordinación del centro, explica que «todo surgió porque queríamos seguir trabajando la expresión corporal con ellos pero desde otra perspectiva. Nos gustó el proyecto de Charlotte y gracias a fondos europeos hemos podido desarrollar la actividad. En principio finaliza este mes, aunque queremos darle continuidad porque está siendo realmente positivo, entre otras cosas para desmontar tabúes e ideas preconcebidas entre ellos».
Por su parte Susana Pérez, concejala de sanidad y bienestar social, concluye que «la acogida en el Centro Cultural de Aínsa ha sido magnífica y siempre que esté en nuestra mano ayudaremos a que esta clase de iniciativas salgan adelante». Por otro lado, y en el ámbito de la discapacidad, cabe señalar que el ayuntamiento establece colaboraciones con la Comarca de Sobrarbe y con Somontano Social «para facilitar la integración laboral de personas con diversidad funcional en entornos rurales. Nuestro reto es garantizar oportunidades a todo el mundo, sea cual sea su condición».
