El ‘efecto videollamada’ o dismorfia de Zoom: cómo los cambios tecnológicos afectan a la percepción

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El Covid-19 ha modificado la sociedad en muchos aspectos, desde la forma como se socializa, el trabajo o las actividades de ocio. El uso de videollamadas tanto por motivos laborales, como encuentros entre amigos e incluso clases de yoga han hecho que las personas hayan tomado más consciencia de cómo es su apariencia. Según varios estudios sociales y la empresa de viajes médicos, MCAN Health, esto ha provocado en un aumento de la demanda de cirugías estéticas y plásticas en los últimos meses


Antes de la pandemia, muchas personas solían trabajar en oficinas, en las que tenían reuniones cara a cara y compartían mesas con sus compañeros de trabajo. Cuando en marzo 2020 comenzaron los confinamientos en Europa y prácticamente el resto del mundo, el teletrabajo se convirtió en parte del día a día de muchos y las reuniones de trabajo se transformaron en videollamadas. Aunque es cierto que este tipo de comunicación digital logra disminuir el estrés relacionado con la vestimenta que se debe llevar al trabajo o la apariencia corporal en sí, este nuevo contexto ha generado otro tipo de ansiedad al verse uno mismo en la pantalla.

Tanto si es Zoom, como otras aplicaciones como Skype o WhatsApp, uno puede verse la cara durante la llamada. Todo el tiempo. Y los seres humanos son, en mayor o menor cantidad, vanidosos. Uno no puede evitar mirar sus expresiones faciales, como luce su cabello o qué forma tiene la nariz.

Durante el pasado año se llevaron a cabo varios estudios sociales, como el elaborado por Highfive, que han demostrado que durante las videollamadas un 48% de las personas está más pendiente de su propia imagen que de lo que se habla o de los demás. Asimismo, también se ha podido observar que la salud mental de muchos usuarios se ha visto afectada después de meses de reuniones virtuales, creando o aumentando los problemas de autoestima. El nombre que ha recibido este “trastorno” psicológico es el 'efecto videollamada' o dismorfia de Zoom.

Qué efectos puede tener la dismorfia de Zoom en las personas
Los seres humanos pueden ver con más facilidad sus defectos que virtudes. Y esta es una de las causas que ha provocado la expansión del 'efecto videollamada' desde el inicio de la pandemia provocada por el virus del Covid-19, en especial desde principios del 2020. Para algunos, horas y horas de comunicación a través de pantallas han conseguido provocar un verdadero rechazo hacia el aspecto físico -sobre todo hacia el rostro- de ellos y ellas mismos, llegando a afectar negativamente a su salud mental.

En primer lugar, cuando uno no se siente cómodo consigo mismo aparece una falta de motivación general que, en términos laborales, ocasiona una disminución de la productividad, en especial en aquellas personas que tienen que realizar muchas videoconferencias por tiempo prolongado. Asimismo, puede también generar un cierto rechazo a socializar tanto en línea como en persona.

Mientras que unos hacen frente a esta incomodidad maquillándose y arreglándose para estar presentables ante una reunión y sentirse más a gusto, otras personas han decidido tomar medidas más drásticas y pasar por el quirófano. De esta forma, conseguir definitivamente acabar con los defectos que tanto estrés les pueden están provocando.

Aumento de las cirugías estéticas y plásticas provocado por el efecto videollamada
Durante el transcurso de una videoconferencia las personas se ven en la pantalla todo el tiempo, sin filtros que embellecen la piel o hacen lucir brillantes, como los que se usan en muchas redes sociales. El tamaño de la nariz, el doble mentón, ojeras hinchadas, prominentes entradas o arrugas en la comisura de la boca. Estos son algunos ejemplos de los “defectos” que muchos han empezado a encontrarse después de verse horas y horas en el móvil, tablet u ordenador.

Por ese motivo, desde finales del 2020 y 2021 ha habido un aumento exponencial de cirugías estéticas a nivel global. Según los doctores de MCAN Health, empresa de viajes médicos en Turquía, "hay un verdadero “boom” en la demanda de tratamientos de belleza, especialmente en Turquía, país que se ha convertido en uno de los líderes en este sector". A este aumento de la demanda de viajes médicos, además, se le suma que las restricciones provocadas por la pandemia se han ido relajando en los últimos meses.

Intervenciones y retoques estéticos con más aumento de demanda
Las cirugías plásticas que más demanda han tenido desde el inicio de la pandemia, especialmente en Turquía, lugar al que tanto personas de España como de otros países de Europa han seguido viajando, han sido:

Trasplante capilar: este es el tratamiento estético más famoso que se ofrece en Turquía y es la forma definitiva que existe actualmente para terminar con las entradas o la calvicie en la zona de la coronilla. Hasta el momento, es la única manera de poder acabar con los problemas de alopecia tanto en hombres como mujeres.

Rinoplastia: la nariz es una de las partes de la cara que más llama la atención durante una videollamada y hay muchas personas están descontentas con el tamaño o la forma. Gracias a esta intervención estética es posible conseguir la apariencia deseada y, además, poder también quitarse de encima problemas respiratorios.

Blefaroplastia o cirugía de párpados: las bolsas debajo de los ojos o los párpados caídos pueden añadirnos años encima y dar una imagen de cansancio permanente. Esta cirugía ha experimentado un gran volumen de demanda desde los inicios de la pandemia, ya que los ojos es una de las partes de la cara que más llama la atención de uno mismo.

Lifting facial: con esta pequeña intervención estética es posible realzar el aspecto del rostro y el cuello, tensando y reparando la piel flácida y arrugada. Este tratamiento, junto al Botox, ha experimentado un crecimiento sobre todo entre mujeres.

Según el mismo equipo de MCAN Health, muchas personas que eligen Estambul como su destino para los tratamientos estéticos deciden sumar al procedimiento de cirugía facial otras intervenciones corporales, como la liposucción, el aumento de senos o bien la abdominoplastia.

Fuente Comunicae