Manuel López, el pianista que sufrió un ictus en 2018 y aprendió a tocar solo con su mano izquierda, es un gran ejemplo de resiliencia y superación, fue diagnosticado de Distonia focal, condición neurológica que afecta al control de los músculos en su mano derecha, el intérprete y compositor deleitará con obras de Bach, Scriabin, Rachmaninov, Liszt, Chopin y Brahms en "un concierto de superación" en el que demostrará que, "tanto en la música como en la vida, no hay límites"
Manuel López volverá a los escenarios este próximo viernes 28 en la sala Julio Cortázar a las 19:00.
A sus 43 años, 9 de noviembre de 1978 Manuel López Blanco (nacido en Málaga) ha vivido ya más de una vida. Como sus admirados Chopin, Liszt y Scriabin, también fue un niño prodigio de la música. Y desde que, con cuatro años de edad, su abuela lo acompañara de la mano al Conservatorio Elemental de Música y Danza de Pozuelo de Alarcón (Madrid), comenzó su primera vida como alumno de la profesora valenciana Gema Simó.
Manuel empezó los estudios de música con solo cuatro años, se convirtió en el alumno más joven en toda la historia del Conservatorio Superior de Música de Madrid, donde terminó la carrera con tan solo 15 años. En pleno ascenso en su trayectoria como músico profesional, se convirtió en pianista, violonchelista y compositor internacional de reconocido prestigio, no solo en el ámbito nacional sino también internacional.
Hasta que su carrera se vio truncada por la Distonia focal, un trastorno psicomotor que se caracteriza por la aparición de contracciones musculares involuntarias, sostenidas e intermitentes, que causan movimientos repetidos o posturas anómalas.
El periodo de duelo y ausencia en su carrera "la Distonia focal"
Esta enfermedad, que se calcula que afecta entre el 1% y el 2% de los músicos profesionales —, aunque puede que la cifra sea mayor porque es probable que haya un gran número de músicos que viven con síntomas que permanecen sin identificar—, impide realizar movimientos controlados y precisos al ejecutar música. En numerosos casos, la distonía puede limitar la carrera de muchos artistas. a Manuel no le diagnosticarían hasta muchos años después. “En aquel entonces no teníamos Internet y no sabíamos tanto como ahora. Dos dedos se me encogían hacia la palma, sin que yo pudiera hacer nada por evitarlo".
Pero en su día, Manuel sufría cambios constantes de ánimo, que psicólogos y psiquiatras confundían con un Síndrome bipolar o un trastorno de la personalidad. Y con ellos, empieza una vida muy diferente. Se marcha a Holanda, a estudiar en el Conservatorio de Rotterdam con un discípulo de un discípulo de Franz Liszt. Da conciertos en distintas ciudades europeas pero le invade una profunda inseguridad: “La enfermedad remitió un poco, pero el movimiento se me seguía resistiendo”. Se exige cada vez más y la tensión de la mano va en aumento hasta que, en el verano de 2001, su mano derecha empeora y le invade una absoluta falta de confianza:
“La distonía te condiciona mucho y te hace pensar demasiado, y lo que hay que hacer con la música es sentirla, no pensarla”.
Después de varios conciertos fallidos y con una profunda depresión, prueba suerte con el violonchelo en una orquesta y, finalmente, deja la música. Comienza otra vida, que nada tenía que ver con las anteriores, alejado del piano y de la melodía. Prueba suerte en todo tipo de trabajos y se va a vivir fuera de España a distintos países, “entre ellos, Rusia, cuna de grandes compositores e intérpretes” pero nada le llena “siempre mirando de reojo por el retrovisor al pasado”. Durante esos años no pudo pisar un auditorio “ni siquiera para ir a escuchar a otros músicos”.
Un buen día, leyendo sobre Leon Fleisher (1928-2020) —el pianista estadounidense que tuvo que abandonar el piano por una distonía de la mano derecha—, Manuel reconoce algunos síntomas, “a la vez nervioso y esperanzado”. Ningún médico había sabido darle una explicación a Fleisher quien, mientras luchaba por recuperar su mano, logra triunfar interpretando obras creadas para ser tocadas solo con la mano izquierda. Treinta años después, en 1994, tras ser diagnosticado de distonía focal, Fleisher recuperó la movilidad en ambas manos.
Para Manuel, la vida adquiere un nuevo color. En 2016, decide volver a tocar con las dos manos, “un concierto para mi abuela, que iba a morir. Toqué como buenamente pude, para rendirle un homenaje”. En 2017 fallece su abuela y, un año después, Manuel se somete en Japón a una talamotomía durante la cual sufrirá un ictus y perderá completamente la movilidad en la mano derecha.
Pero lejos de rendirse, Manuel decidió luchar para poder dedicarse a su gran pasión. Y lo ha conseguido porque ahora es capaz de tocar el piano solo con su mano izquierda.
El concierto de superación
"Cada unos de mis conciertos es un amor inconmensurable por la música y por el público, es un mensaje único de superación".
"Ama lo que haces, no importa tu condición física, la música se hace con el corazón no con las manos".
"Con estas palabras Manuel ha vuelto a sentir la felicidad y La Paz de tocar de nuevo en un escenario, por fin después de 23 años de ausencia y dolor, podremos deleitarnos con su música, colores, texturas y sonidos que parecen como si Manuel interpretara con 2 manos el próximo viernes día 21 de enero en el centro cultural julio Cortázar en Príncipe Pio - Moncloa . C. De Antonio Machado, 20, Madrid".
La entrada es gratuita con reserva previa https://www.eventbrite.es/e/entradas-concierto-manuel-lopez-concierto-de-piano-241188590567
Fuente oficial
Manuel López - https://manuellopezpiano.com/
Vídeos
Video reportaje sobre la vida musical de Manuel López
Fuente Comunicae